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MUNDO TARDOANTIGUO (Siglo V-VIII d.C.)
Los visigodos, procedentes del norte de Europa, llegaron a la Península en el siglo V, estableciéndose en el VI, creando un reino independiente de Roma. Pese a la decadencia generalizada de la vida urbana, Mérida siguió siendo su importante centro administrativo y religioso. Su iglesia, con figuras como los obispos Fidel y Masona, disfrutó de gran influencia social y política. El culto a Santa Eulalia de Mérida, a la que una vieja leyenda relaciona con Villafranca, atrajo a peregrinos de toda la cuenca mediterránea.
LA MÁRTIR SANTA EULALIA Y VILLAFRANCA
La tradición dice que, antes de ir a Augusta Emerita, donde la martirizaron, Santa Eulalia vivió recluida un tiempo en Perceiana, la villa de su padre Liberio, en la zona conocida como “El Villar” (hoy calle Santa Eulalia), a orillas del arroyo que atraviesa Villafranca. En esta zona han aparecido restos romanos en varias ocasiones.
AMOS Y ESCLAVOS
En este período se acentúa la polaridad aristocracia-esclavo. La desarticulación de las redes comerciales, incrementó la importancia de la tierra como fuente de riqueza. En torno a Mérida abundaban las villas pertenecientes a la aristocracia, como la de Torre Águila (Montijo). Nuestro término debió albergar algunas de estas villas.
La tegula con crismón de Villafranca, depositaba en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, y la lápida funeraria que puede observar en la vitrina, prueban la continuidad del poblamiento en este periodo. Sus inscripciones, además, evidencian el arraigo del cristianismo. La vieja aristocracia romana, junto a la de origen godo, dominaban a un elevado número de esclavos, con ellos explotaban sus grandes villas rurales. Las condiciones de vida eran muy precarias, el hombre, la peste y las guerras, asolaron el reino.
INFLUENCIA CULTURAL GODA
Los visigodos ejercieron una cierta influencia cultural. Ellos difundieron el uso del pantalón, considerado una prenda de bárbaros por los romanos. La estética goda tiende a sintetizar las formas orgánicas de la naturaleza, lo que se aprecia especialmente en su arte mueble, característico de un pueblo, como el godo, que carecía de territorio propio. La hebilla que observa a la izquierda, empleada para la sujeción del pantalón, ofrece buena muestra de la estética goda, mediante la abstracción de la figura de un animal (un grifo). Especial importancia cobran ciertos complementos, como las fíbulas, necesarias para la sujeción de prendas. Las más características tienen forma de águila, animal relacionado con la mitología germánica. La decoración a base de esmaltado de pastas vítreas, muestra la influencia bizantina en las artes godas.
ISLAM AL-ÁNDALUS SIGLOS VIII-XIII
La descomposición política del reino visigodo facilitó la expansión islámica sobre la península. En el 711 Tariq inició las primeras incursiones. En el 713 Muza vino a nuestras tierras procedentes de Sevilla. A través de la Vía de la Plata llegó a Mérida, ciudad que asedió y tomó. Hasta mediados del siglo IX, Mérida continuó siendo un importante núcleo urbano. Su pertinaz rebeldía ante el poder central cordobés, la condujo a su decadencia, favoreciendo a la nueva ciudad de Badajoz.
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REESTRUCTURACIÓN DEL HÁBITAT
La sociedad andalusí estaba compuesta por diversas etnias, cuyos continuos enfrentamientos eran causa de inestabilidad. El antiguo hábitat de origen romano fue desarticulado. Los asentamientos que antes poblaban el llano, fueron abandonados debido a la creciente inseguridad. Sus habitantes buscaron refugio en cerros fortificados. Hornachos, Alange, Montemolín o Reina son ejemplos de ello. Nuestro término hubo de quedar desierto, la vegetación silvestre sepultó los restos de sus antiguas villas.
EL ISLAM COMO REALIDAD MULTIÉTNICA
Las monedas que aquí puede contemplar, representan el poder político adquirido por los musulmanes. El Islam es una religión con vocación universal, el Umma o comunidad de creyentes, alberga a individuos de todas las razas. Las tropas de tariq y Muza introdujeron en la península, estaban compuestas por diversos pueblos. Árabes, sirios y bereberes se instalaron en nuestra tierra, mezclándose con la poblavión hispanogoda autóctona. La influencia cultural islámica, ha dejado una honda huella en nuestra cultura.
CONQUISTA CRISTIANA Y REPOBLACIÓN (SIGLOS XIII-XV)
Los reinos cristianos surgidos en el norte peninsular, iniciaron, ya en el siglo VIII, su expansión a costa de Al-Ándalus. En el siglo XIII este proceso expansivo se aceleró. En ello influyó la descomposición del poder almohade, también la existencia de las órdenes militares, integradas por monjes soldados. A ellos, Fernando III, rey de Castilla y León, encomendó la conquista de nuestro territorio. Fueron los caballeros de Santiago quienes, hacia 1241, partieron desde Mérida para apoderarse de nuestras tierras.
LA ALDEA DE MONCOVIL- VILLAFRANCA
Una vez conquistado el territorio, los caballeros de Santiago, en cuyo poder quedó el centro de la actual provincia de Badajoz, precedieron a repoblarlo. Para ello estructuraron el territorio en encomiendas, unidades administrativas que controlaban vastos territorios. Las cabeceras de las mismas se asentaban sobre antiguas poblaciones islámicas defendidas por fuertes castillos como Hornachos, Alange, Montemolín, Reina o Mérida, a cuya encomienda quedó vinculado el territorio en el que surgiría Villafranca.
En los amplios dominios de las encomiendas fueron surgiendo a lo largo de la segunda mitad del XIII y principios del XIV pequeñas aldeas que, al crecer su número de pobladores, se desgajaban de su encomienda-matriz, formando villas-enmiendas propias como sucedió con Moncovil-Villafranca, entre los siglos XIII o XIV. A mediados del XIV, el maestre D. Fabrique otorgó a la aldea la categoría de villa, dotándola de término municipal. El cambio de nombre de Moncovil a Villafranca (del Maestre o del Maestrazgo) alude a la concesión de especiales privilegios fiscales, estrategia utilizada para atraer a pobladores o conservar a los ya existentes. Siendo Alonso de Cárdenas Maestre de la Orden de Santiago, en 1483, en el transcurso de la guerra que llevaría a los Reyes Católicos a conquistar Granada, tuvo lugar el desastre de la Axarquía malagueña. El actual escudo de la localidad marra cómo los comendadores de Alange y Villafranca entregaron sus caballos al Maestre para que pudiera huir con vida de la refriega.
LOS COLONOS
Las órdenes necesitaban gentes para repoblar sus dominios. Buscando mejores condiciones de vida, gentes de otras tierras vinieron para asentarse. También algunos musulmanes, los mudéjares permanecieron. Tras la conquista los mudéjares continuaron en la península y siguieron practicando su religión. Los caballeros les ofrecieron tierras, derechos y ciertas ventajas fiscales. Aquí puede observar la donación de la Dehesa del Hinojal, efectuada por Enrique IV a la incipiente población de Villafranca. Con ella, los vecinos adquirían el disfrute de los recursos ganaderos, agrícolas, forestales e hídricos de dicho espacio, fundamentales para la subsistencia de la comunidad.
Siglos XIII y XIV
Moncovil se fundó entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV, en tierras pertenecientes a la Encomienda de Mérida, dentro de la provincia de León de la Orden de Santiago. La aldea Moncovil surgió en torno a la Plaza vieja, de la que parten las calles configurando una estructura urbana de carácter radial, habitual en las localidades originadas a raíz de la repoblación del territorio conquistado a los musulmanes.
Siglos XIV y XV
A mediados del siglo XIV el Maestre D. Fabrique elevó la aldea a la categoría de villa, cambiando su nombre por el de Villafranca del Maestre o del Maestrazgo. La parroquia de Nuestra Señora del Valle y la Casa de la Encomienda, donde debía residir el comendador, son consecuencia de esta transformación, al dotarse la localidad de parroquia y encomienda propias. Ambos edificios se construyeron en un espacio escasamente urbanizado.
Siglos XV-XVI
En la segunda mitad del siglo XV la población se incrementa de manera notable, lo que da lugar a un gran desarrollo urbano. Las calles se extienden urbanizándose el entorno del Valle. Junto al costado sur de la parroquia se configura la Plaza Nueva, origen de la actual Plaza de España, que se convertirá en el centro de la vida pública de la villa.
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Siglos XVI-XVII
En el siglo XVI el crecimiento urbano se ralentiza, paralizándose en el siglo XVII, cuando Villafranca se ve sumida en una grave crisis económica y demográfica, debido en parte a la Guerra de Restauración portuguesa (1640-1668). La ermita de Nuestra Señora de la Coronada es reformada y ampliada entre finales del siglo XV y comienzos del XVI, convirtiéndose en el centro de la religiosidad popular de los villafranqueses. A finales del siglo XVII se construyó la ermita de Nuestra Señora del Carmen.
LOS AUSTRIAS (Siglos XVI)
Carlos I heredó diversos dominios europeos y americanos. Con él se fraguó el Imperio Español. El emperador aspiraba a unificar Europa bajo su cetro. La reforma protestante y la formación de las monarquías nacionales impidieron la realización de su proyecto. Sin embargo, en él fueron sacrificadas las riquezas coloniales, así como la economía española.
VILLAFRANCA EN EL SIGLO XVI
Durante los siglos XV y XVI Villafranca creció. Su casco urbano se expandió y aumentó su población. Los Hidalgos acudieron a vivir a la villa y en las últimas décadas del XVI asumieron el control del Concejo. Algunos vecinos tomaron parte en la conquista de América. Destacan, a este respecto, las figuras de Juan de Carvajal, Bartolomé Camacho y el obispo fray Juan Bautista Méndez. También tomaron partes personas humildes, como el vecino Juan Vera que, buscando el modo de huir de la pobreza, descubrió ricas minas de oro en Pamplona, Colombia.
RELIGIOSIDAD VILLAFRANQUESA
Bajo el reinado de los Austrias. España asume la ortodoxia fijada por el Concilio de Trento (1545-1563).
La fe en la mediación de la Virgen y los santos, la caridad y el culto a las ánimas del purgatorio, formaban parte de la religión en la localidad. La devoción mariana ocupaba un lugar preeminente en la devoción popular, como lo demuestra el importante fervor que aún existe hacia la Coronada, heredado sin duda de aquellos entonces, momento en que se construyó el santuario. San Miguel, cuya imagen puede apreciar en la medalla de la ilustración, era el patrón de un hospital de caridad fundado a mediados del siglo XVI. A través del hospital, los vecinos ejercían la caridad, una de las principales virtudes cristianas.
Observe ahora la medalla de San Onofre, perteneciente al siglo XVI. Su culto se vincula a la orden franciscana, cuyos frailes eran frecuentemente contratados por el Concejo, para exhortar a los vecinos de Villafranca en los sermones de Cuaresma.
LOS AUSTRIAS (Siglo XVII)
El imperio se sume en una profunda crisis. La bancarrota económica, las derrotas militares o las frecuentes epidemias de peste que asolan el país, conducen a los Austrias a su decadencia. Carlos II, el rey enfermo, estéril y supersticioso, encarna en su figura la quiebra de un proyecto político, y la crisis de una sociedad y una cultura.
LA GUERRA CON PORTUGAL (1640-1668)
En 1640 Portugal, unida en el XVI a la corona española, inicia una cruenta guerra por su independencia. El conflicto se prolonga hasta 1668, sucediéndose hasta entonces más de dos décadas de penalidades que sumen a Villafranca en la miseria.
Durante ellas los vecinos hubieron de acoger tropas en sus casas, entregar alimentos y otros bienes para el ejército, e incluso muchos, cayeron en el frente o huyeron para evitarlo. En 1654 la amenaza fue tan apremiante, que los vecinos hubieron de cavar trincheras en las bocacalles y comprar pólvora y plomo para las armas de fuego con que defenderse. Las armas, como la espada de cazoleta que puede observar e la vitrina, se convirtieron en un objeto cotidiano. Una vez concluida la guerra fue preciso reestablecer el orden, impidiendo portar armas a los miembros del concejo durante los plenos. Además de los soldados, portar estas armas, era privilegio exclusivo de la nobleza, símbolo distintivo de su estatus social.
SUCESOS PARANORMALES
Tras la época de guerra, en Villafranca ocurrieron extraños sucesos paranormales que debieron causar sensación en la localidad, pues existen documentos que lo acreditan. En 1665 las campanas de la Coronada tocaron varias veces en la noche, sin que hubiera nadie en la ermita. Mientras que en 1671, una niña de cuatro meses profirió algunas palabras en latín: “DOMUS, AUSTRIACA, CONTERET, CAPUT, TUUM”, “La casa de Austria aplastará tu cabeza”. La explicación de ambos hechos, en un contexto dominado por la superstición y la miseria, era atribuida a la directa intervención de fuerzas sobrenaturales.